Por Redacción - 16 Abril 2019
Uno de los grandes problemas de YouTube está en el de encontrar una manera de asegurarse el éxito de sus contenidos pero que estos no choquen con lo que los anunciantes buscan y con los valores de marca que deberían asentar. Al mismo tiempo, también tienen que ser capaces de gestionar esos vídeos que se escapan en cierto modo por las esquinas, aquellos que no tienen esas audiencias masivas que logran los grandes creadores de contenidos pero que, a pesar de todo, son escenarios problemáticos por su contenido y por el momento en el que las marcas se cruzan con ellos en términos publicitarios.
En los últimos tiempos, y especialmente desde que se han ido sucediendo los escándalos ante publicidad servida en vídeos altamente problemáticos, las empresas han ido haciendo más y más presión en YouTube para encontrar maneras de garantizar que sus anuncios aparezcan en contenidos apropiados. YouTube ha intentado encontrar la vía para potenciar ciertos contenidos y no hacerlo con otros, aunque sus medidas para hacerlo, hasta ahora, no han conseguido solucionar el problema y sí, sin embargo, enfadar a sus creadores de contenidos (para los que cada vez es más complicado monetizar sus vídeos).
En general, se podría decir que YouTube quiere potenciar los contenidos de calidad, por lo que busca que sus maniobras en cómo gestionar la publicidad y cómo medir las audiencias los beneficien. Sin embargo, aunque tienen claro qué quieren, no tienen en absoluto claro cómo conseguirlo. Eso es lo que se puede concluir leyendo el amplio análisis que Bloomberg ha dedicado a las maniobras que YouTube está haciendo para modificar sus baremos.
La red de vídeos está cambiando los elementos que miden el éxito de los vídeos, señalan en el análisis, pero no tienen todavía nada claro cómo esa nueva visión de las cosas funciona.
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