Por Redacción - 31 Mayo 2022
Los olores son uno de los elementos clave a la hora de hacer neuromarketing, puesto que se ha demostrado que se procesan de forma bastante subconsciente y, sobre todo, que logra desencadenar muchas asociaciones y muy profundas. Pero ¿cómo recibe nuestro cerebro los olores y cómo eso cambia potencialmente las cosas?
Un estudio de investigadores de la Universidad de Tokio ha analizado cómo cambia la reacción de las personas ante los diferentes olores. Los investigadores estudiaron la reacción del cerebro de los participantes en el estudio ante 10 olores diferentes, para determinar si existe un tipo de reacción diferenciada ante los malos y los buenos olores.
Lo primero que descubrieron los investigadores es que el olor se gestiona en el cerebro de una manera muy rápida. Como explican en sus conclusiones, las primeras reacciones cerebrales ante los olores ocurren "rápidamente", tan pronto como a los 100 milisegundos tras el lanzamiento de las notas de olor.
De hecho, y esto es muy importante desde el punto de vista del neuromarketing, el cerebro empieza a procesar la información del olor antes incluso de que la persona sea consciente de que está percibiendo ese estímulo. Entre el momento en el que el cerebro empieza a procesar el olor y el momento en el que se gana consciencia de que se está oliendo algo pasan cientos de milisegundos. Pero no todos los olores se procesan igual y con la misma rapidez.
La segunda gran conclusión del estudio es que el cerebro humano es mucho más rápido a la hora de procesar los malos olores que los buenos. Si algo resulta desagradable olfativamente, el cerebro se activará antes. Así, los olores considerados desagradables, como el olor a podrido o a rancio, solo se tardaba unos 300 milisegundos en empezar a procesarlos. Los olores agradables, como los florales o frutales, se va a 500 milisegundos.
¿Por qué se procesan antes los malos olores?
La clave está en lo que el cerebro vincula de forma inconsciente a esa información. Posiblemente, los malos olores se ven como un aviso de un potencial peligro. Por ello, el cerebro habría aprendido a captarlos más rápido.
La investigación es relevante porque, desde el punto de vista de la neurociencia, los investigadores creen que puede ayudar a comprender cómo funciona el cerebro y el procesado de información. También, estos datos podrían ayudar a mejorar la comprensión de los mecanismos de funcionamiento de enfermedades neurodegenerativas. Cuando se comprende mejor qué es lo que falla, se puede trabajar de una manera más rápida y eficiente para comprender cómo solucionarlo.
Pero ¿cómo se puede usar este dato desde la perspectiva del neuromarketing? Todos los datos sobre cómo se reacciona a los estímulos son importantes para la investigación en neuromarketing, especialmente teniendo en cuenta cómo los olores son uno de los activos más habituales en la estrategia. La investigación ayuda a comprender que toda esa información se percibe y analiza muy rápido y también que controlar los malos olores puede ser crucial para no neutralizar o lastrar esa estrategia.