Noticia Merchandising

Disney experimenta con el merchandising como reclamo para fidelizar a los suscriptores streaming

Los suscriptores de Disney+ acceden antes y de forma exclusiva a las ventas de merchandising de productos Disney

Por Redacción - 3 Noviembre 2022

Las plataformas de streaming necesitan encontrar vías de monetización – más – para sus contenidos. El ser servicios de pago se ha quedado escaso para llegar a todos los objetivos que se han marcado ante sus inversores y, sobre todo, para convertirse en algo en algún momento rentable. Por eso, han empezado a pivotar hacia la publicidad (este es el mes en el que Netflix lanzará la versión con anuncios en varios países), pero también a probar diferentes propuestas. El valor de sus marcas – y su poder fan – podría ser uno de sus grandes activos.

Es algo con lo que ya han experimentado. Netflix ha abierto tiendas online limitadas y tiene ahora una pop-up en Los Angeles con experiencias vinculadas a sus series estrella. Disney acaba de probar una versión con potencial: ha llevado el merchandising al mismo espacio en el que sus usuarios acceden a sus contenidos.

Disney+ ha lanzado de forma experimental una experiencia de compra. Sus suscriptores pueden acceder desde el martes y hasta mediados de la semana que viene a productos de merchandising vinculados a los shows de la plataforma de forma prioritaria, usando un código QR desde sus apps de Disney + o en la tienda oficial de Disney.

Es decir, esos productos no son exclusivos para ellos, pero sí lo es la ventana de compra. El público general los podrá adquirir después y sus suscriptores lo hacen de forma VIP, antes que ello. Por ahora, en el mercado estadounidense en el que se está probando, ya se han agotado varios de los productos que se han puesto a la venta.

Por qué funciona

Y ahí está la clave de por qué este tipo de formatos de venta podrían ser un activo para las plataformas de streaming: lo que se le da es al suscriptor una ventana VIP para acceder a algo que deseará.

Para Disney, las comunidades de fans entusiastas de Star Wars o Marvel (e incluso el Disney clásico) fueron claves para entender su rápido tirón. Estos fans se hacían cuenta en el servicio porque querían no perderse nada de lo nuevo que se lanzase vinculado a sus franquicias favoritas, al tiempo que llegaban por todo el vínculo y conexión pasada. Esos mismos fans son también quienes se gastan el dinero en el merchandising de sus productos favoritos y, con este sistema, se fideliza que se queden en la plataforma, porque es un atajo para llegar a algo que realmente quieren.

Disney es, además, un auténtico imperio del merchandising. La compañía lo ha convertido en una de sus piezas fundamentales, ya que no solo les ayuda a crear vínculos poderosos con los consumidores – y especialmente con los fans de la marca – sino que además es una fuente de ingresos constante.

Al fin y al cabo, Disney es un as del marketing que ha logrado convertirlo en una pasarela para hacer siempre negocio. La compañía es, por ejemplo, el principal licenciador del mundo, con unas normas estrictas de qué se puede hacer – y que no – con sus marcas registradas. Gracias a ello, cada nuevo estreno es una fuente de ingresos vía productos derivados. Solo hay que pensar en uno de sus productos más recientes, Baby Yoda (nombre real, Grogu, uno de los protagonistas de The Mandalorian, nombre dado por internet ese de Baby Yoda) y como desde el primer momento se asentó como una maquina de vender cosas.

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